La costa del Pacífico, en la provincia de Coclé, está cubierta por blancas playas que se solapan una tras otra a lo largo de 64 Km y que cuentan con instalaciones turísticas, hoteles y cabañas. Las playas más populares son Punta Chame, Nueva Gorgona, Playa Coronado, Turiscentro San Carlos, El Palmar, Río Mar, Santa Clara, Farallón y Playa Blanca.

Playa Blanca, la costa pacífica panameña

Por su proximidad a Ciudad de Panamá (poco más de 100 Km, 2 horas de coche) muchos capitalinos de clase alta han construido aquí su segunda residencia, y es uno de los destinos preferidos por los panameños para sus vacaciones y escapadas de fin de semana. Se puede llegar en autobús desde la Terminal Nacional de Transporte de Albrook (ruta Panamá-Antón, 3 $), o en vehículo propio, a través de la Carretera Panamericana.

Farallón y Playa Blanca

Farallón, una comunidad dentro del corregimiento de Río Hato en el distrito de Antón, está considerada como la cuarta zona turística de Panamá.

Playa de Farallón y la piedra de Farallón al fondo

Farallón y Playa Blanca son dos playas contiguas, separadas por la desembocadura del río Farallón. La playa es muy extensa, de fina arena blanca salpicada por palmeras, que contrasta con el color azul intenso del mar. Sin embargo, cuando estuve era época de lluvias, y cuando llovía, el agua se tornaba color chocolate a causa de los sedimentos que arrastraba el río.

QUÉ HACER EN FARALLÓN?

Básicamente disfrutar del sol, la playa y de las múltiples instalaciones de los hoteles todo incluido. También se puede dar un paseo a caballo por la playa o alquilar un bote para ir de pesca. En los alrededores hay un campo de golf.

Paseo a caballo por Playa Blanca

Una excursión típica es un paseo turístico en lancha visitando la Boca de Río Hato, el Peñón de Farallón y el sector de Los Azules (entre 20 y 30$, una hora). La piedra de Farallón es una roca volcánica que emerge del mar rodeada de una llanura verde en la que se abren varios canales que la traspasan de lado a lado; es un refugio de vida silvestre en la que anidan multitud de aves. En torno a esta piedra hay múltiples leyendas (como que en ella vivía el mismísimo Satanás prisionero en una caverna en el fondo del mar), y se la considera un ícono sagrado.

Farallón, refugio de la vida silvestre

Visitar las aldeas de pescadores que salpican la orilla de la costa pacífica, donde se puede comer un buen pescado en cualquiera de los restaurantes locales, o comprar artesanías (collares, pulseras, bolsos, carteras, pendientes, cuadros, y todo tipo de adornos) realizadas por los lugareños utilizando dientes de peces u otros objetos marinos.

DÓNDE DORMIR?

La desembocadura del río Farallón divide a las dos cadenas de hoteles que hay en Farallón: Playa Blanca Beach Resort (ex Barceló) y Royal Decameron Golf, Beach and Villas.